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En Derramadero de Juárez, dedican Salón del Reino de los Testigos de Jehová
Después de esperar aproximadamente 25 años para poder tener un espacio propio, gracias a la bondad inmerecida de Jehová Dios, los Testigos de Derramadero de Juárez cuentan con su Salón del Reino, espacio que el pasado domingo fue dedicado contando con la asistencia de un representante Betelita como orador principal. Fue el hermano Alejandro Parra quien describió la trayectoria de los centros de adoración a Jehová desde tiempos antigüos hasta la actualidad, destacando la importancia de cuidar de este espacio que es considerado el lugar más importante para los Testigos de Jehová, pues es donde rinden servicio sagrado al Creador. |
El orador se remontó al pasado y describió la forma en que se inició la construcción del templo que hizo el Rey Salomón, el cual, según cálculos de especialistas en la materia se calcula que tuvo un costó de 48 mil millones de dólares. Destacó también la importancia de que los cristianos de la actualidad se centren más que en la construcción de este espacio, en su relación personal con Jehová, hablando del costo total que este requirió que fue de más de 500 mil pesos. Recursos que se lograron a través de las contribuciones de las congregaciones de todo el mundo, las cuales se aplican con el programa mundial de Construcciones de Salones del Reino. A este evento asistieron 324 testigos de Jehová procedentes de diversas localidades de la región serrana y de otros estado como San Luis Potosí, Ebano, Cd. Valles, México, Querétaro, Río Verde, Ciudad Fernández. En su discurso el hermano Parra citó al apóstol Pablo en la carta a los Filipenses Capítulo 2, versículo 12 que textualmente dice así: “Por consiguiente amados míos, tal como siempre han obedecido, no durante mi presencia solamente, sino ahora con mucha más prontitud durante mi ausencia, sigan obran su propia salvación con temor y temblor”. Exhortando a sus hermanos en la fe a no permitir que cosas sin importancia los desvíen del servicio y la adoración que le debemos dar a Jehová nuestro Dios. Estuvo además un representante de la Sección de Construcciones de Salones del Reino Rubén de Jesús García Guillén y su esposa Madaí de García; quienes apoyaron toda la gestión de trámites para la construcción del Salón del Reino de los Testigos de Jehová de Derramadero de Juárez. El programa incluyó las experiencias de los hermanos Ana María Reséndiz, Matilde Avila y Estelita Reséndiz, quienes contaron como se inició la predicación en esta zona serrana, destacando el amplio territorio que tuvieron que recorrer los primeros Testigos de Jehová de la Sierra Gorda de Querétaro para dar a conocer las Buenas Nuevas del Reino. También se conocieron las experiencias que se tuvieron sobre la Construcción del Salón del Reino, participando los hermanos Atenógenes Guillén entre otros que participaron como veladores, relatando que su participación fue organizar a quienes estuvieron a cargo de la cocina, para que los alimentos estuvieron a tiempo. De igual manera recordó que tuvo que organizar a los veladores, porque había que cuidar el equipo y herramientas que se utilizaron en la Construcción del Salón del Reino. Por otra parte la hermana Maribel Luna de Soto, contó el impacto que tuvo la construcción del Salón del Reino entre las personas que habitan en esta localidad, algunas de las cuales ya están estudiando y asisten a las reuniones para aprender las normas bíblicas de Jehóva junto con toda su familia. El hermano Gabriel Soto se encargó de las compras y la organización en general de la Construcción del Salón del Reino, cuya labor incluía salir de la localidad hasta dos veces por semana para buscar el material que se requería para esta construcción. labor en la que fue auxiliado por Francisco Tapia que de manera entusiasta apoyó en todas las situaciones que fue requerido. Coincidiendo los hermanos en comentar que la labor que realizaron durante el tiempo que duró la construcción del Salón del Reino les ayudó para fortalecer su relación con Jehová y comprobar una vez más que EL es quien dirige su organización en la tierra. El acontecimiento culminó con un gran convivio durante el cual los asistentes disfrutaron de un gran compañerismo cristiano y compartieron los alimentos que se prepararon para celebrar esta especial ocasión. * Historia de la obra en la Sierra Gorda Queretana En el año de 1954, una señora llamada Guadalupe Rubio (Lupita, quien vivía en El Cantón) se encontró tirado entre la basura un tratado-folleto, en la ciudad de Río Verde. Puesto que no sabía leer, al verlo pensó que se trataba de algo bíblico y se acordó que en El Derramadero de Juárez había una persona evangélica llamado Primitivo Reséndiz, y decidió llevárselo a él, quien lo leyó. Para ese entonces tanto don Primitivo Reséndiz como otros señores se reunían en Puestecitos de Cárdenas para investigar la Biblia y entre ellos se decían que los Testigos de Jehová eran “tremendos” para eso. Siguió haciendo investigación por su cuenta en otros lugares, donde encontró algunas publicaciones como: “La Verdad os hará libres”, en el cual encontró la dirección de la Sucursal y escribió pidiendo algunas publicaciones y le mandaron las siguientes: “Hágase tu voluntad en la Tierra”, “Nuevos Cielos y una Nueva Tierra”; “Del Paraíso Perdido a Paraíso Recobrado”, y “Armagedón”. La Sucursal también asignó a un Superintendente Viajante llamado Daniel Salazar para que le visitara, cuando éste llegó Primitivo invitó a Sansón Olmos para que le acompañara durante las conversaciones con El. Después, don Primitivo Reséndiz, recibió la visita de los hermanos, José Trinidad y Bruno Serrano por asignación de la Sucursal, en un intérvalo de seis meses cada uno, quienes también servían como superintendentes viajantes. Durante sus visitas entablaban conversaciones bíblicas que duraban hasta cuatro días. Gracias a estas conversaciones bíblicas Primitivo se convenció de que estos hermanos realmente enseñaban la Verdad y dejó de reunirse con las personas con quienes investigaba la Biblia, e inmediatamente se puso a enseñar la verdad de manera organizada con los Testigos de Jehová a otras personas y algunos miembros de su familia, entre ellos tres jóvenes llamados: Sara Reséndiz, Ana María Reséndiz y Joel Aguas, quienes después de aprender un poco se unieron a él en la predicación de las Buenas Nuevas en las comunidades más cercanas. Con el tiempo, aprendieron la verdad otras personas, entre ellos Juan Reséndiz, Juliana Reséndiz y otros más. Cabe mencionar que Guadalupe Rubio y Sansón Olmos también llegaron a ser siervos de Jehová, junto con muchos otros miembros de su familia. Posteriormente el límite de su territorio se extendió tanto que en ocasiones hacían un día tan solo para llegar a San Pedro El Viejo, otro día para predicar y el tercero para regresar. Otras de las comunidades en las que predicaban fueron : El Cantón, El Chuveje, San Pedro Escanela. Transcurrido el tiempo este grupo de hermanos progresaron hasta el punto de dedicar su vida a Jehová y se bautizaron como Testigos de Jehová, hasta que en el año de 1962 se recomendó a la Sucursal que el que grupo se reunía en Derramadero fuera una Congregación y el 26 de julio de 1962 se aprobó dicha recomendación. Ahora después de 46 años y gracias a la Bendición de Jehová se han formado otras Congregaciones a lo largo de la Sierra Gorda, entre ellas están: El Cantón, Río Escanela, Jalpan de Serra, San Pedro El Viejo, Landa de Matamoros, San Pedro Escanela, Ahuacatlán de Guadalupe y La Mohonera. Cuando vemos todo este crecimiento en la zona no nos cabe la menor duda de que la Bendición y Dirección de Nuestro Padre Jehová ha estado siempre presente sobre todo ello. |